miércoles, 13 de junio de 2018

Espacio para la muda y reposo: Voladeras


Las voladeras son jaulas grandes que permiten alojar una mayor cantidad de aves con respecto a las jaulas de cría y ofrecen para las aves una gran ventaja: 

Un mayor espacio para el vuelo. De forma que puedan ejercitarse y estar fuertes. 

Pero además de esta ventaja para las aves, existen otras dos ventajas muy importantes para el criador:

Economizar tiempo y dinero. Es el periodo en el que más ejemplares tenemos en nuestro aviario ya que a los reproductores que se disponen a descansar tras el periodo de cría hay que sumar los nuevos ejemplares obtenidos durante dicha temporada de cría y el atenderlos en  varias jaulas de 60 o 100 cm supone mayor trabajo que atenderlos en una única voladera a todos ellos. No es lo mismo cambiar todos los días el agua de 40 bebederos pequeños que de 4 o 5 bebederos grandes y lo mismo con la alimentación, en la que podremos utilizar tolvas que nos reducirán el tiempo de atención a nuestras aves. Además, en esta época mucha gente se ausenta algunas semanas de vacaciones dejando encargado de su atención a algún familiar o amigo que probablemente no tenga afición por las aves y agradecerá poder cumplir con su encargo en el menor tiempo posible.

De la misma forma, economizamos alimentos, y aunque en la mixtura no sea muy importante el ahorro, sí lo será en alimentos frescos como la pasta de cría, brócoli o tenebrios, que cambiaremos a diario. También ahorraremos en complejos vitamínicos u otros productos que mezclemos con el agua.

Disfrute visual. A la mayoría de los criadores nos gusta, en la medida de nuestras posibilidades ofrecer el mayor espacio a nuestras aves y disfrutar contemplando sus vuelos y la forma en la que interactúan entre ellas (sobre todo, en grupos grandes).

Por todo ello, las voladeras son el alojamiento perfecto para nuestras aves en los periodos de muda y reposo. En este artículo analizaremos todos los aspectos a tener en cuenta y que nos permitirán sacar el mayor partido de nuestras voladeras.




CONSIDERACIONES IMPORTANTES RESPECTO A LAS VOLADERAS

  

1. LOS INQUILINOS


Como no podía ser de otra forma, el primer condicionante para la elección o diseño de una voladera que funcione bien son las propias aves que queremos introducir en ella. 

El tamaño que necesites dependerá del tamaño de tus aves y de la cantidad que quieras albergar. Nos deberá permitir el confort y ejercicio de nuestras aves que podrán revolotear o dar pequeños vuelos sin problemas de espacio.

En aves de pequeño tamaño como el diamante de gould, el tamaño dependerá más de la cantidad y, por tanto, una voladera será grande o pequeña dependiendo del número de ejemplares y no de sus dimensiones. 

Hay que evitar la masificación o hacinamiento de aves de forma que no se estorben al volar, que no quepan en los posaderos o incluso que se peleen porque no tienen suficientes comederos. Cualquiera de estos problemas es un indicativo de que hemos introducido demasiados pájaros en dicha voladera.

Aunque los gould por regla general conviven bien en colonia hay que tener en cuenta que esto no ocurre así con todas las especies, que probablemente necesiten mayor espacio para evitar peleas, que en el mejor de los casos producirán únicamente estrés en nuestras aves pudiendo  tener peores consecuencias. El hacinamiento favorecerá el desarrollo de enfermedades de nuestros aves en mayor o menor grado dependiendo de la higiene con la que mantengamos nuestra voladera.


¿Varias especies?


Podemos tener en nuestra voladera aves de distintas especies pero hay que tener en cuenta que no todas son compatibles. Como mínimo deberíamos evitar juntar aves de diferentes familias, ya que tendrán diferente tamaño, comportamiento (unos son más territoriales que otros), alimentación o incluso distintos periodos de cría.

Por su puesto, debemos evitar juntar psitácidas con exóticos o fringílidos ya que tienen unos picos y patas con mucha fuerza y podría suponer un peligro para los más débiles.

Los estríldidos, por lo general, son bastante pacíficos por lo que podríamos mezclar varias especies. Los diamantes de gould son especialmente muy sociables, al igual que la mayoría de exóticos australianos (ruficauda, bichenov, modesto...) o las isabelitas del japón.

Las peleas entre distintas especies supondrá una situación de extrés para ambas , pero especialmente para la más débil que tenga que ceder terreno, el nido o material de nidificación. Sería conveniente poner suficientes posaderos y comederos para evitar peleas y en el caso de los nidos poner muchos más de las parejas que haya para evitar peleas.


EN MI OPINIÓN

Se puede tener una voladera mixta pero personalmente no lo recomiendo. Especialmente desde el punto de vista del criador deportivo, ya que puede llegar a ser contraproducente y no tiene sentido mezclar diferentes especies ya que algunas pueden transmitir ciertas enfermedades de las que ellas son portadoras y a la vez inmunes por lo que no les afecta pero no así a las otras, asumiendo riesgos innecesarios. Además la alimentación es ligeramente diferente.

Si criamos diamantes de gould y tenemos una voladera donde realizarán la muda y se prepararán hasta el periodo de concurso, no tiene sentido introducir en la misma voladera las isabelitas de japón que usamos como nodrizas y que será preferible que las mantengamos en otra voladera distinta durante su periodo de descanso antes de pasarlas a las jaulas de cría.




2. EXTERIOR (DE JARDÍN) O INTERIOR


Podemos dividir las voladeras en dos grupos según su ubicación:

Las voladeras de interior estarán alojadas dentro de un local cerrado y en mayor o menor medida, aislado de las condiciones atmosféricas (aunque normalmente no climatizado). Dentro de este recinto o habitación que, a ser posible, dedicaremos exclusivamente a nuestras aves, constituyendo un aviario en el que la voladera funcionará como una jaula grande, sin mayor particularidad en este punto.

Por otra parte, tenemos las voladeras exteriores o de jardín, cuyo aspecto más relevante es que se encuentran a la intemperie. En la mayoría de casos cuentan con un tejado que evita que entre el agua cuando llueve y es recomendable que tenga al menos dos lados contiguos protegidos del aire.

Debemos escoger un lugar tranquilo, lejos de grandes bullicios y ruidos. Además de aportar a los pájaros una mayor movilidad y un hábitat de semi-libertad, debemos aprovechar los recursos de la naturaleza. La orientación es importante, a ser posible, orientación sur, para aprovechar al máximo la luz solar, que de esta forma les dará durante casi todo el día.

A la hora de diseñar una pajarera exterior para exóticos de tamaño pequeño como los diamantes de gould, tenemos que tener presente que suelen ser bastante más delicados que otras especies de mayor porte. Es importante el frío (lo pueden llegar a soportar en cierta medida) pero lo son mucho más las corrientes de aire, que son muy perjudiciales para este tipo de aves.

Con respecto al diseño, que lógicamente nos ofrece muchísima libertad es suficiente con tener en cuenta estos tres aspectos:

En primer lugar, es conveniente contar con una antecámara o cortavientos para evitar que se escapen los pájaros al entrar. Además este espacio nos puede servir para coger a los pájaros llevándolos hasta allí y cerrando rápido la puerta, posteriormente entraremos nosotros con cuidado y podremos coger al ave en dicho espacio, que como mucho será de un metro cuadrado. 

En segundo lugar, es posible que a través de la malla metálica nuestros exóticos entren en contacto directo o indirecto con aves silvestres (a través de excrementos, transmisión de piojillos...). Por ello, lo ideal sería hacer una doble malla separada unos 5-10 cm. Lógicamente esto puede reducir la visión de las aves desde el exterior y en la mayoría de los casos no se contempla, además de aumentar el coste de la voladera.

Por último, con respecto al suelo que, a priori, lo más fácil es dejar la tierra original o echar arena, a la larga se convertirá en un foco de infecciones al no haber forma de limpiarla. Como veremos en otro punto, existen otros acabados para el suelo que permiten mejor limpieza e higiene.


Control de depredadores. 

Muchas veces construimos la voladera pensando en que no se puedan escapar nuestras aves pero olvidamos contar con los posibles intrusos (roedores, aves rapaces del exterior o culebras que puedan acceder a través de la malla)




3. VERTICAL U HORIZONTAL


Para alguna especie de ave puede ser conveniente que la voladera tenga una proporción vertical, especialmente las psitácidas, que se caracterizan por trepar por los barrotes para subir o bajar dentro de su jaula pero, para el resto, de nada sirve que su jaula se extienda en altura ya que no la van a aprovechar. 

Por regla general, los pájaros vuelan en horizontal, por lo que ésta será la dimensión más determinante y, por ello, la que intentaremos que tenga mayor dimensión permitiendo realizar pequeños o medianos vuelos ejercitándose.

Esto es importante tenerlo en cuenta ya que podemos economizar espacio de nuestro aviario reduciendo la altura y pudiendo apilar varias voladeras en altura. Por ejemplo, sería interesante tener dos voladeras de 100 cm. de altura o tres voladeras de 60 cm. de altura con un ancho de 200 cm y un fondo de 60 cm. Además así podemos agrupar nuestros ejemplares según calidad, sexo o especies.

En lugar de un jaulón o voladera horizontal (que por muy grande que sea, seguirá funcionando como una jaula) podemos optar por una voladera tipo habitación en la que aprovechemos toda la altura del aviario de suelo a techo y en la que el criador podrá entrar para atender o manipular las aves, no debemos descuidar sus dimensiones de fondo y ancho e intentaremos que una de ellas sea superior al metro ya que de lo contrario, las aves podrán realizar los vuelos tan largos como lo harían en jaulas de metro. Estaría bien una voladera de altura en torno a los 200 cm. y anchura de 200 cm. con un fondo de 100 cm. 




4. SUELO LIMPIO (REJILLAS INFERIORES) O SUELO SUCIO

  
Hay que tener en cuenta que en época de muda tendremos el mayor número de ejemplares en nuestra voladera, además el cambio de plumaje aumenta la suciedad y las temperaturas elevan el riesgo de proliferación de hongos, levaduras o parásitos, por lo que la higiene de nuestra voladera es muy importante, especialmente el fondo de la misma.

Por eso, uno de los aspectos más importantes de una voladera es el tipo de suelo. Vamos a diferenciar dos modelos, que llamaremos "Voladera de suelo limpio" (a la que mediante una rejilla evita que las aves entren en contacto con los excrementos) y "Voladera de suelo sucio" (a la que no).

  
Voladeras de suelo limpio

En mi opinión, siempre que podamos, deberíamos ubicar a nuestras aves en voladeras con rejilla en el suelo porque es la opción más higiénica ya que si no tenemos dicha rejilla los pájaros pisarán sobre los excrementos (manchando posteriormente los posaderos, comederos...) e incluso picotearan las semillas manchadas de heces que se encuentren el suelo y esto aumentara mucho las posibilidades de enfermedades como la cocidios.
  
Por otra parte, tenemos dos opciones en cuanto a las rejillas, ya que pueden ser fijas o extraíbles. Lógicamente será más práctico que nuestra voladera tenga rejillas extraíbles para poder sacarlas de forma periódica y limpiarlas a fondo aumentando de esta forma la higiene en nuestra voladera.
  
Para la recogida de excremento podemos usar bandejas (en las que podemos colocar papel de periódico, arena sanibird o similar)  o el sistema de rollo de papel sobre una bandeja separada unos 10 cm. de las rejillas.
  

Voladeras de suelo sucio
  
Aunque considero que son totalmente desaconsejables las voladeras sin rejilla en el suelo, es cierto que hay veces en las que no queda otra opción, especialmente en las voladeras grandes (tipo habitación) en las que colocar rejillas en el suelo es, a priori, inviable, ya que normalmente tendremos que entrar a la voladera para atender a nuestras aves (colocar alimentos, agua, coger algún ejemplar...) y la rejilla del suelo no soportaría nuestro peso.

En estos casos tenemos varias opciones para la disposición del suelo:

Si hemos asentado nuestra voladera directamente sobre el solado de hormigón (o mejor aún, si tiene losetas o baldosas cerámicas), bastaría con que una vez a la semana (dependerá de la cantidad de aves que tengamos) cojamos la manguera y un cepillo de raíces y dejemos el suelo totalmente limpio.

Si el suelo sobre el que asentamos la voladera es de arena (colocada en el exterior o jardín) podrá servir esta misma como suelo de voladera, sería igual que el suelo que tienen las aves en libertad pero éste funciona peor cuanto mayor es el número de aves en relación con el área de la voladera. A la larga el suelo será un foco de infecciones.

Una tercera opción es decantarse por fondos o lechos comerciales para jaulas, con los que cubrir la base de nuestra voladera. Es importante tener en cuenta y no descuidar la limpieza e higiene de los mismos para mantener nuestra voladera sin riesgos de proliferación de agentes infecciosos. Estos son algunos de ellos:


1. Arena de playa o de río

VENTAJAS:
Bastante absorbente. / Económica y fácil obtención. / Puede ser picoteada por las aves aportando minerales y ayudando en la digestión.

INCONVENIENTES:
No tiene poder desodorizante. / Mantiene la humedad, facilitando la proliferación de hongos, levaduras o parásitos. / Debe ser cambiada frecuentemente.

2. Sanibird 

VENTAJAS: Altamente absorbente. / Retiene olores. / Puede mantenerse bastante tiempo sin renovarse. / Previene enfermedades en tu mascota y en las personas de su entorno por deshidratación de los agentes infecciosos.

INCONVENIENTES: Produce polvo al revolotear las aves que puede dar lugar a problemas respiratorios. / No es conveniente que las aves lo picoteen (puede producir obstrucciones y deshidrataciones).

3. Tierra de diatomeas (Polvo de sílice)

VENTAJAS:
Altamente absorbente. / Retiene olores. / Excelente control antiparasitario.
         
INCONVENIENTES:
Producen gran cantidad de polvo y puede producir enfermedades respiratorias por inhalación. / Mantiene la humedad cuando se moja. / Deben cambiarse a menudo.

4. Tuttolo de mazorca de maíz.

En grano fino (ideal para transportines) o en grano grueso (ideal para voladeras).

VENTAJAS:
Altamente absorbente./ Retiene olores. / No hace polvo y pesa lo suficiente para que no se mueva con el aleteo de las aves. / Puede aguantar bastante tiempo sin ser renovado.

INCONVENIENTES:
Puede ser picoteado por las aves con la consiguiente ingestión de heces.

5. Triturado de corcho

VENTAJAS:
Puede mantenerse bastante tiempo sin ser renovado.

INCONVENIENTES:
Menos absorbente que fondos. / Puede ser picoteado por las aves con la consiguiente ingestión de heces. / Precio elevado con respecto a los demás.

6. Pelets de madera y/o papel

VENTAJAS:
Altamente absorbentes. / Retienen olores.

INCONVENIENTES:
Mantienen la humedad, facilitando la proliferación de hongos, levaduras o parásitos. / Deben cambiarse muy a menudo. / Cuando se mojan se deshacen formando polvo (en el caso de los de madera) y si son picoteados por las aves, pueden producir obstrucciones digestivas (en el caso de los de papel).

7.- Virutas de madera

VENTAJAS:
Altamente absorbentes. / No es necesario renovarlas de continuo si no hay humedad.

INCONVENIENTES:
Mantienen la humedad, facilitando la proliferación de hongos, levaduras o parásitos. / Deben cambiarse a menudo. / No retienen olores.



  
5. ARTESANAL O COMERCIAL


En el mercado existen muchos tipos de voladera o jaulas grandes, que en la mayoría de los casos nos resultarán más rentables o más prácticas que construirlas nosotros mismos pero tienen una limitación fundamental: tendremos que adaptar nuestro aviario y nuestras aves a dichas voladeras. 


Si queremos que nuestra voladera tenga unas dimensiones determinadas para aprovechar más el espacio o porque nos interesen más para el ejercicio de nuestras aves o por cualquier otra particularidad, tendremos que fabricarla nosotros. Aquí se abre un mundo de posibilidades que comentaremos a lo largo de todo el artículo, centrándonos en su construcción en el último apartado.

Es verdad que, dentro de las voladeras o pajareras comerciales, la mayoría suelen ser de proporciones verticales y existen pocos modelos en los que alguna de las dimensiones horizontales supera los 100 cm. (por lo que  el vuelo de las aves está limitado), pero existen dos opciones que particularmente me gustan mucho:


Jaulones de 120-130 cm de ancho x 50 de fondo y 50 de alto (aprox.). No tienen nada que ver con las jaulas de metro ya que el espacio que nos ofrecen es muchísimo mayor y podemos considerarlas voladeras. Su precio ronda los 80-90€ y permite apilarlas ahorrando espacio dentro de nuestro aviario.

Módulos de jaulas de cría con laterales comunicados. Tienen la ventaja que se pueden usar durante la cría como jaulas en las que tenemos separadas las parejas y de cara al periodo de muda, retirar todas las divisiones dejando un espacio amplio en una de las dimensiones posibilitando vuelos largos. 

NOTA: Esto no tiene nada que ver con poner varias jaulas de metro seguidas con las puertas laterales abiertas para que los pájaros puedan pasar de una a otra. Esto no sirve de nada, el espacio de vuelo para el pájaro sigue siendo el mismo que el de una jaula de metro con la particularidad de que puede pasar de una a otra.



  
6. DESMONTABLE O FIJA


Nos podemos plantear esta cuestión sobre todo si contamos con un aviario de dimensiones reducidas, en el que será interesante poder tener una voladera que montemos cuando acabe la temporada de cría y empiece el periodo de muda y de nuevo podamos desmontar, recoger o reducir su espacio al comienzo de la temporada siguiente, una vez que hayamos reducido el número de aves (por cesiones o por ubicación en jaulas de cría de los ejemplares seleccionados como reproductores). De esta forma reduciremos espacio en nuestro aviario en época de cría, pudiendo colocar más jaulas de cría o simplemente ganando amplitud.




7. POSADEROS Y SU POSICIÓN - Espacio de vuelo


Las perchas o posaderos 

El diámetro de las perchas o posaderos será de 12–15 mm y sería conveniente poner distintos grosores para que ejerciten los dedos. Estos diámetros permitirán a nuestras aves un agarre correcto sin entrecruzar los dedos como ocurriría en diámetros inferiores, pudiendo perder el equilibrio en determinadas situaciones.

En cuanto al material, personalmente me gustan más los de madera y creo que a los pájaros también. También podemos encontrar en tiendas de animales posaderos de plástico con unas pequeñas estrías para evitar que resbalen demasiado. Estos últimos son algo más baratos y fáciles de encontrar. 

Tanto los de un material como los de otro se comercializan en longitud de 100 cm., lo cual nos permitirá colocarlos de lado a lado de la voladera. 



Existen separadores que se pueden colocar sobre los palos de metro a una distancia de unos 8 cm. para evitar el picaje o peleas entre las aves proporcionando un cierto aislamiento y reducción del estrés.



Para voladeras desaconsejo usar las típicas perchas de plástico que se enganchan en uno de los frontales (que son las utilizadas en jaulas) porque en este caso no llegan a ocupar todo el fondo de la voladera.

Las perchas de madera natural permiten a las aves ejercitar los dedos de las patas al tener distinto grosor y forma pero el inconveniente es la limpieza, que será más difícil, y, quizás nos interese más sustituirlas por otras.

En el caso de que nuestros diamantes de gould se reproduzcan también en la voladera, la importancia de las perchas es mayor aún, ya que de ellas dependerá la efectividad del acople. Si la hembra, que soportará el peso de los dos, no tiene un buen agarre, perderá el equilibrio y difícilmente conseguiremos que el macho fecunde los huevos.


La posición 

Otro aspecto muy importante en el diseño de una voladera además de la elección de los posaderos es la posición y distribución en el interior de la voladera. De esto dependerá el espacio de vuelo y, por tanto, la actividad de nuestras aves, además de condicionar el picaje entre las mismas dependiendo de la proximidad o tipo de posadero que utilicemos.

También nos limitará la zona del suelo de la voladera en la que podremos ubicar bañeras o comederos sin el riesgo de que caigan los excrementos sobre ellos.

Para resaltar la importancia de este tema y tener presente las distintas posibilidades a la hora de colocar los posaderos y su influencia dentro del habitáculo, analizaremos un modelo de voladera con unas dimensiones de 200 cm x 80 cm y un fondo entre 60 y 100 cm.:




En jaulones o voladeras horizontales las aves realizarán mayor ejercicio si colocamos los posaderos perpendiculares al fondo, de forma que, aprovechamos la mayor dimensión de la anchura con respecto al fondo para distanciarlos al máximo. Lógicamente cuanto más juntos coloquemos los posaderos, menos ejercicio estarán obligados a hacer las aves, que se podrán limitar a dar pequeños saltos de uno a otro. A continuación analizaremos cada caso:


Posaderos colectivos (perpendicular al fondo)

En primer lugar, podemos optar por la colocación de los posaderos perpendiculares al fondo de la voladera, de forma que, desde el frente, veremos a las aves de perfil. Desde el punto de vista de la observación no es la mejor opción ya que se taparán los unos a los otros. Esto lo solucionaremos colocándonos en una posición oblicua (en el caso de que sea posible) para observar el conjunto de los ejemplares y así poder comparar sus cualidades (desde esta distancia, especialmente la talla).

Lo más conveniente es colocar los posaderos desplazados en altura (para poder observar a los pájaros de distintos posaderos sin que tapen a los demás) y desplazados en la horizontal (lógicamente para evitar que las heces de los pájaros situados en los posaderos superiores caigan sobre los de abajo). Una distancia aceptable es de 12 cm en altura y 12 cm en la horizontal de forma que nuestra línea de posaderos forma 45º con el suelo de la voladera. En este caso la distancia entre cada posadero será de unos 17 cm. 

Existen muchas posibilidades pero debemos tener en cuenta que esto podrá reducir o ampliar el espacio de vuelo o el espacio libre de excrementos para colocar otros accesorios.




Como observamos en la parte de la derecha, podemos colocar de forma simétrica otra línea de posaderos que nos permitirá ampliar la cantidad de ejemplares que podemos albergar pero reducirá al mínimo el espacio de vuelo y el espacio del fondo de la jaula libre de excrementos.


En el siguiente vídeo podéis ver una voladera similar a la del ejemplo con los posaderos colocados de forma perpendicular al fondo. Como curiosidad, podéis observar que, entre otros pájaros, a los diamantes de gould les suele gustar más aposarse en las perchas superiores. En este caso hay 2 perchas superiores donde se concentran todos los ejemplares y las 3 perchas inferiores apenas son utilizadas.






Otra opción puede ser colocar los posaderos en la parte inferior, a unos 10-15 cm. del suelo, formando un plano que funcionará como una segunda rejilla o fondo de jaula. La clave de este sistema está en que al rellenar todo el ancho de la voladera de forma uniforme, con los posaderos ocupando todo el fondo, visualmente constituirá un límite para el pájaro, que no tendrá que bajar al "subfondo" de la jaula. La ubicación de los comederos y bebederos tendrá que ser por encima de la línea de posaderos y las bañeras podremos colocarlas en las puertas del frente o si es un recipiente grande encima de los posaderos (si estos aguantan el peso).


Este sistema puede funcionar muy bien en el caso de que por cualquier motivo no podamos disponer de una rejilla como suelo de voladera para evitar el contacto de las aves con las heces ya que sería la disposición que haría que las aves pisaran menos el suelo.

Desde el punto de vista de la observación de las aves es interesante siempre y cuando esta línea de posaderos se sitúe como mínimo a 50 cm. por debajo de la altura de los ojos del observador, ya que de lo contrario las aves se taparán unas a otras.




Posaderos colectivos (paralelos al fondo)

Si optamos por colocar los posaderos de esta forma, reduciremos el espacio de vuelo, sobre todo si la voladera tiene poco fondo. En este caso las aves darán pequeños vuelos para ir de un palo a otro o como mucho para bajar al suelo si es ahí donde le proporcionamos alimentos. La principal ventaja de este sistema es que nos permite observar perfectamente a todos los pájaros ya que los tendremos de frente.




Trucos para colocar los palos o posaderos largos (normalmente de 1 metro).

Si usamos palos de madera podemos fijarlos a la voladera con un tornillo roscamadera y dos arandelas (quedando entre medias los barrotes de las rejillas o tela metálica).

Si usamos palos de plástico hueco (estriados) existen distintos modelos de terminaciones para fijarlos a las rejillas (unos más fiables que otros) aunque otra opción sería introducir en el extremo un taco o espiche de los blancos de 10-12 mm. y en ese taco podremos introducir un tornillo con el que lo fijaremos a la rejilla o chapa de nuestra voladera. Normalmente al introducir el tornillo, este abrirá el taco y no es necesario echarle pegamento o silicona pero de esta forma podríamos taponarlo e impedir que se puedan instalar ácaros o piojillos en su interior. 

Estos palos tienen un problema y es que, con un metro de longitud, al llenarse de pájaros se comba por el centro debido al peso y rompiendo la estética de nuestra voladera. Lo que podemos hacer es introducir en su interior una varilla metálica que le aporte la rigidez necesaria.



Posaderos individuales 


Este sistema es utilizado  por muchos criadores y es el que menos reduce el espacio de vuelo ya que se colocan en las paredes de la voladera, preferentemente en el fondo (donde lo observaremos mejor) pero es conveniente colocarlos también en al menos uno de los laterales para fomentar los vuelos y la actividad de las aves. 

En este caso podemos colocarlos en columnas sin necesidad de desfasarlos ya que cada posadero tiene una especie de tejado que evita que caigan las heces sobre el ave del posadero inferior. 

El problema que tienen es que sobre éste se acumularán las heces siendo necesario la limpieza periódica por motivos de estética más que de higiene ya que las aves no entran en contacto con esta parte.

Otra de las desventajas es su coste ya que para una voladera en la que introduciremos 50 pájaros, debería de haber unos 60-70 posaderos que a un precio de 0,80€ supondría un coste de 48-56€ mientras que utilizando palos de metro que cuestan entre 1€ y 2,50€ dependiendo si son de plástico o de madera sería suficiente con 5, que supondría un coste de 5-12,5€.




NOTA: Existe otro tipo de posaderos individuales (dobles) para ubicar el el techo de las jaulas pero entiendo que en una voladera grande no son una buena opción.


Truco para colocar los posaderos individuales.

Como comentamos anteriormente, este tipo de posaderos individuales tienen el inconveniente de ensuciarse rápidamente de forma que si queremos tener nuestra voladera limpia y bonita deberemos quitarlos periódicamente para limpiarlos. 

Ahora bien, si los tenemos colocados cada uno con uno o dos tornillos a la pared o fondo de la voladera podemos tardar muchísimo tiempo en esta tarea, por lo que es conveniente colocarlos fijados a rastreles o listones verticales (no horizontales porque así acumularán más suciedad) y estos ser fijados a la pared o fondo de la voladera con dos tornillos de forma que podamos extraer varios a la vez.




8. OBSERVACIÓN DE LAS AVES

Como comentaba al principio del artículo, ver a los pájaros en la voladera es un disfrute visual para el criador que podrá observarlos y estudiar movimientos, comportamientos, etc. Por eso hay que tener en cuenta a la hora de diseñar nuestra voladera desde dónde y cómo vamos a llevar a cabo esta función. 

Es posible que por necesidad tengamos limitados los movimientos y tengamos que observarlos sentados en una silla o simplemente lo hagamos para evitar el cansancio de hacerlo de pie. Ya no sólo para ubicar las voladeras de la forma más favorable para nuestra visión dentro del aviario sino también y, quizás, más importante, la posición de los posaderos.






9. DIVISIONES

Al diseñar nuestra voladera podemos poner divisiones que nos permitan, como veremos en el siguiente apartado, reducir el espacio para poder coger a un ejemplar determinado o simplemente para separar en un momento determinado machos de hembras, aves en diferente progreso de la muda o, más importante, para poder dejar todas las aves en uno de los apartados mientras limpiamos el otro y viceversa. 






10. MANIPULACIÓN DE AVES


¿Cómo cogerlos?

Coger un ave dentro de una voladera, junto con la mayor dificultad para llevar un control exhaustivo sobre los mismos, supone uno de los principales inconvenientes o incomodidades de las voladeras. 

Hay quien usa un salabre (como si estuviera cazando mariposas) y grandes dosis de paciencia aunque no la considero una opción viable ya que podemos deteriorar el plumaje del ave, muy importante especialmente en aviarios deportivos de cara a participar en concursos.

Otros criadores pulverizan agua sobre las aves para reducir un poco su capacidad de vuelo y que sea más fácil atraparlos. Teniendo en cuenta que el periodo de voladeras es principalmente en verano, no supondrá mayor riesgo (salvo que lo hagamos a últimas horas de la tarde) y se tratará de un baño para las aves.

Para mi, el mejor sistema es reducir el espacio con separadores (previamente diseñados para tal fin) de forma que podamos ir llevando a los pájaros que queramos coger a un espacio de menor dimensión (similar a una jaula de metro o inferior) para que podamos cogerlos fácilmente y donde lleguemos a todos los rincones con nuestras manos. 

Hay que tener en cuenta que el hecho de sacar uno o varios pájaros de la voladera puede ser algo programado en un determinado momento (previo a la cría o a la preparación para concursos) pero también puede ser un hecho puntual. Debemos estar atentos por si algún pájaro presenta síntomas de enfermedad y actuar rápido sacándolo de la voladera para evitar posibles contagios.




11. CONSTRUCCIÓN Y MATERIALES

En este apartado nos centraremos en las posibilidades de fabricación de voladeras de forma artesanal:


Materiales de la estructura

Es recomendable que la estructura sea metálica por cuestión de higiene y durabilidad. Es más fácil limpiar y más resistente a picotazos o arañazos, como podría ocurrir si utilizamos una estructura de madera.

En el caso de las metálicas podemos recurrir al acero inoxidable o aluminio pero también podemos construirla con tubo de acero (de sección cuadrada o rectangular para que la tela se adapte mejor) y darles una mano de pintura para evitar que se oxide. Esto requerirá un mantenimiento periódico que debemos contemplar (cada tres o cuatro años habrá que renovar la pintura). 

Siempre que podamos, colocaremos la estructura metálica en posición vertical (en lugar de horizontal) ya que, así reduciremos la superficie sobre la que caerán heces y, por tanto, habrá que limpiar menos. 


Materiales para el cerramiento.

La tela metálica es preferible que sea electrosoldada de cuadradillos en lugar de la exagonal en la que, además de ser más fina y deformable, es mas posible algún ave se enganche la pata o la uña. Casi todos los tipos de tela metálica los encontraremos en rollos con dimensiones de 100 cm. de ancho y una longitud de 25 metros.

Otra opción para cubrir los frentes de la voladera es usar rejillas o frontales de jaula (provistos de puertas) anclados directamente a la estructura. También podemos usar las rejillas como fondo de jaula. Si elegimos este tipo de cerramiento nos tendremos que adaptar a las medidas comerciales que tienen de ancho o altura 40 cm. y de largo 40,60,80 y 100 cm., pudiendo cubrir grandes dimensiones usando como módulo 20 o 40 cm. Esto ofrece una ventaja importante y es que, a diferencia de la tela metálica, permite colocar los bebederos, palos, portasepias o cualquier accesorio para jaulas.

Un aspecto muy importante es la distancia que existe entre los barrotes o la dimensión del recuadro de la malla metálica. Hay que evitar que las aves puedan introducir la cabeza entre ellos porque podría quedar atrancada en ella con el riesgo de asfixia. También es importante que no puedan entrar depredadores (roedores, culebras...) sobre todo si estamos en el exterior. Por tanto, elegiremos la malla o reja adecuada para el tipo de ave que vayamos a alojar.

Es posible que por algún motivo nos interese adosar nuestra voladera a una pared o a una esquina reduciendo el número de cerramientos o que, siendo una voladera exenta, prefiriésemos que o bien el fondo o alguno de los laterales fuera de un material opaco como metacrilato o chapa (de aluminio o acero galvanizado). Evitaremos usar madera. 

Existen paneles de dimensiones mayores (de 100x100 cm y 200x100 cm) con la estructura incorporada en los bordes que nos permiten construir voladeras uniendo varios entre sí.

Y también existe alguna empresa que fabrica frontales y rejillas para jaulas a medida y, aunque supongo que será más caro, es otra opción a tener en cuenta. 


La forma

Lo ideal es una voladera rectangular (con todos los ángulos rectos). Muchas aves se pueden desorientar al moverse por jaulas circulares o con formas irregulares, además las esquinas suelen ser lugares preferentes, donde las aves se sientan más tranquilas y seguras ya que el espacio que tienen que controlar se reduce.


miércoles, 28 de marzo de 2018

Problemas en la muda del diamante de Gould.


A. Muda lenta


No todos los diamantes de gould tardan el mismo tiempo en mudar y eso es un hecho fácilmente observable por todos los criadores.

Si tras el destete los vamos pasando a una voladera, no podremos controlar exactamente el tiempo que tardan en mudar ya que no podemos diferenciar a simple vista los pollos que han nacido en un mes u otro para anotar estas observaciones.

Sin embargo, podemos controlar el tiempo aproximado que necesitan nuestras crías de diamante de gould para realizar la muda completa si tras el destete los separamos por lotes según su fecha de nacimiento. Podemos usar en lugar de una voladera grande, varios jaulones de 100cm. o de 120cm. de longitud de forma que en uno albergaremos los nacidos en Octubre, en otro los de Noviembre y así sucesivamente. Si tenemos espacio suficiente para ello podemos afinar más agrupando los nacidos en la misma quincena o en la misma semana, incluso agrupando por nidadas.

Observaremos que dentro de cada grupo habrá ejemplares que completen la muda antes que otros que tardarán más. Incluso habrá ejemplares nacidos en Noviembre o Diciembre que completen su muda antes que otros nacidos en Octubre. Por tanto, la conclusión sería que hay ejemplares que realizarán una muda más lenta que otros.





Selección genética en base a la muda

Muchas veces, por diversos motivos, vendemos algunas de nuestras crías en cuanto acaban la muda, por lo que van quedando en nuestro aviario los últimos en mudar o incluso algunos que no llegan a acabar la muda y que usaremos como reproductores llevando a cabo, sin darnos cuenta, una selección de sacrificio en cuanto a la capacidad biológica para realizar la muda.

Al igual que podemos seleccionar reproductores en base a otras capacidades o cualidades, podemos hacerlo teniendo en cuenta la predisposición genética de dichos reproductores para realizar la muda de forma precoz.

De forma que, eligiendo como reproductores los ejemplares que hayan superado la muda antes de cumplir los 5 o 6 meses, probablemente observaremos esa predisposición a realizar una muda igual de rápida en su descendencia.

Teniendo esto en cuenta, personalmente entiendo que hay factores más importantes a la hora de seleccionar reproductores.





B. Mudas alteradas o detenidas (incompletas).


A veces, pasado el verano, observamos que aún quedan pichones que incluso teniendo más de 6 meses, no han terminado su muda. Independientemente del estado en el que esta se encuentre, a estas alturas poco podemos hacer y probablemente esos ejemplares no llegarán a alcanzar perfectamente el plumaje adulto.

En el desarrollo de la muda influyen factores como la alimentación o las condiciones ambientales o la salud de los pichones para encarar una etapa difícil con un gran desgaste energético para ellos. Estos factores que comentaremos a continuación podrán acelerar o ralentizar la muda en mayor o menor medida pero existe un factor más determinante: el estrés.

La muda en sí origina estrés en las aves que se puede ver acrecentado por otros motivos pudiendo influir y/o alterar el ritmo normal de la muda. Pueden forzar la muda de forma precipitada, alterar el transcurso normal o incluso llegar a detenerla.

Se puede dar en nuestro aviario unas determinadas circunstancias que causen dicho estrés en nuestras aves, algunas de las que nosotros seremos responsables directa o indirectamente y otras que no dependerán de nosotros. En cualquier caso, es importante conocer y controlar al máximo esas posibles circunstancias para evitarlas siempre y cuando estén en nuestra mano:


-Carencias en la alimentación. 

Al igual que la cría, la muda requiere una dieta rica en proteínas y equilibrada en vitaminas y minerales. Una alimentación con déficit en vitamina A y aminoácidos sulfurados (lisina, metionina y cistina), necesarios para el correcto desarrollo de la muda, hará que los pichones no logren hacer una buena muda.


-Cambios en la alimentación. 

Seguramente a ningún criador se le ocurre cambiar la alimentación de forma voluntaria durante este periodo pero es posible que en determinadas circunstancias nos veamos obligados a ello si, por ejemplo, vamos a nuestra tienda habitual a comprar la mixtura o pasta de cría y no tienen disponible en ese momento. Posiblemente no nos quede más remedio que comprar otras marcas similares pero siempre va a variar la composición pudiendo ser un motivo de estrés para nuestras aves en periodo de muda.

Este tipo de problemas se podría solucionar siendo más previsores, de forma que, cuando veamos que se nos está acabando el saco, no debemos esperar mucho para ir a comprarlo y tener un cierto margen para que nuestro establecimiento habitual pueda reponerlo o conseguirlo por otro lado.

Si por cualquier motivo queremos hacer a propósito un cambio en la alimentación de nuestros diamantes, esperaremos a que acaben la muda. La etapa posterior a ella (etapa de reposo) es la más apropiada para ello ya que tampoco es conveniente hacer cambios durante la cría.


-Modificación de las condiciones ambientales. 

Los factores ambientales y la variación de los mismos pueden provocar desórdenes endocrinos que repercutan en el desarrollo de la muda. Lógicamente lo más perjudicial son los cambios bruscos de estas condiciones ya que producen estrés en las aves.

La temperatura y la humedad son factores determinantes en el desarrollo de la muda. En cuanto a la temperatura, intentaremos evitar una variación brusca o temperaturas extremas y en cuanto a la humedad, evitaremos que sea excesiva.

Temperaturas altas y una humedad ambiental baja favorecen la muda y hacen que se acelere el proceso y viceversa.

La iluminación es otro factor que influye y, a diferencia de otras aves como los canarios a los que les favorece la disminución de las horas e intensidad de la luz, a los diamantes de gould les favorece una iluminación mayor, tanto en intensidad como en cantidad de horas.

En regiones como la mía (Extremadura), al igual que en gran parte de España se dan estas tres condiciones en los meses de junio y julio por lo que observaremos que durante este periodo se acelera la muda de forma notable.

En el caso de aviarios con iluminación artificial debemos asegurar que no se produzcan desajustes que varíen el ritmo biológico de las aves de forma determinante ya que producirán estrés y por tanto podrán alterar en menor o mayor medida el transcurso de la muda. Nos aseguraremos de que los temporizadores funcionen correctamente y el sistema de iluminación sea el adecuado.

Por último, evitaremos colocar nuestros diamantes en lugares en los que se puedan producir corrientes de aire.


-Destete precoz. 

Los pichones que sufren estrés durante su crecimiento es posible que detengan su muda. El destete supone un gran cambio al que se tienen que adaptar nuestros pichones y, como todos los cambios, les producirá estrés. Este estrés será mayor en el caso de que el destete se haya producido de forma precoz.

Muchas veces forzamos el destete (para dejar libres a los padres de cara a la siguiente puesta) en cuanto observamos que los pollos comen solos y los separamos de los padres en torno a los 40-45 días cuando todavía no están preparados para su independencia. Esto puede alterar el ritmo normal de la muda de los pichones por lo que es recomendable que permanezcan con sus padres o nodrizas hasta los 60 días o cuando veamos que pierdan los botones luminiscentes del pico de forma que el trauma o estrés será menor y estará más fuerte y tendrá mejor predisposición de cara a la muda.


-El ciclo biológico. 

El nacimiento de pichones en meses fuera del ciclo biológico del diamante de gould supondrá en la mayoría de los casos un desajuste en el desarrollo natural de la muda. Los pichones nacidos entre octubre y febrero por lo general mudarán en menor tiempo y con unas expectativas de completarla totalmente cercanas al 100%. Sin embargo, los pichones nacidos a partir de Febrero no mudarán de la misma forma, tardarán más tiempo en completar la muda y se reducirá el porcentaje que lo haga totalmente. Ejemplares nacidos en Abril o Mayo probablemente no completen la muda.


Todo esto se observa mejor en el siguiente gráfico. Está elaborado con los datos que he obtenido durante los años que llevo criando diamantes de gould y hay que tener en cuenta que dependerá de condiciones particulares propias del clima de la zona en la que está ubicado mi aviario pero me atrevo a decir que coincidirá en gran medida con las experiencias de otros criadores de España.



-Retraso en la muda de los reproductores. 

Si alargamos demasiado la temporada de cría, comprometeremos la muda de los reproductores aunque en el mejor de los casos, únicamente se retrasará. Es recomendable finalizar la temporada de cría en febrero o marzo para dejar los meses de abril y mayo de reposo de los reproductores para que repongan energías tras la cría y puedan enfrentar la muda con más fuerza.

  
-Superpoblación de la jaula o voladera. 

El hacinamiento de pichones producirá un estrés en ellos y hará que sufran más caídas o golpes contra las rejas o contra el suelo al revolotear. Esto se aumentará si los posaderos que tenemos son insuficientes y nuestros pichones no encuentran espacio suficiente para posarse. Este hecho, además de ser perjudicial para el adecuado desarrollo de la muda, puede ocasionar la pérdida de plumas o el deterioro de las mismas una vez acabada la muda pudiendo inhabilitar a los ejemplares para los concursos ornitológicos.

Dentro de este punto cabe mencionar otro motivo de estrés en nuestros jaulones con pichones en plena muda y es la introducción de nuevos individuos

Por eso es recomendable separar por lotes en distintas jaulas o en varias voladeras y no introducir nuevos individuos en ellas. En caso de hacerlo, será mejor de forma progresiva ya que si tenemos una voladera de 1 metro cúbico con 20 pichones destetados en Enero y queremos introducir 10 ejemplares más destetados en Marzo será menor el estrés para los actuales residentes si introducimos los nuevos de uno en uno (uno cada día) que si metemos los 10 de golpe.


-Transporte o instalación en un nuevo aviario. 

Muchas veces, al tener ocupado cierto espacio del aviario con las jaulas de cría, nos vemos obligados a colocar las voladeras o jaulones para la muda en un lugar provisional con la intención de cambiar su ubicación dentro de nuestro aviario una vez que haya finalizado la cría. Este pequeño cambio podrá producir un estrés puntual, por lo que no es recomendable.

Más perjudicial para la muda es el hecho de transportarlos o instalarlos en un nuevo aviario. Si el cambio de aviario es porque les hemos buscado otro lugar (incluso mejor) dentro de nuestra casa o local, no es el momento adecuado. Debemos prever todas las circunstancias antes de que comience la muda. Si el cambio de aviario es motivado por una compra o venta realizada en esta época, es mucho más grave...

EN MI OPINIÓN...
La irresponsabilidad de comprar/vender diamantes de gould sin mudar.
El problema de adquirir un diamante de gould sin mudar o en plena muda es que sufrirá un estrés en grado máximo: cambiará de jaula (entorno próximo al que ya estaba habituado), de aviario (estará expuesto a otras condiciones ambientales distintas, puede que incluso en otra provincia y clima), probablemente cambiará la alimentación, los compañeros de jaula, etc.) y todo esto se sumará al estrés propio del transporte. Lo normal es que acuse el cambio y se altere o detenga su muda de forma puntual o definitiva. 
En esta época en la que todavía no han terminado de mudar es frecuente encontrarte con anuncios de venta de diamantes de gould en los que el vendedor ofrece pájaros mudados a unos 25€ y también los ofrece sin mudar a unos 15€. 
Personalmente, considero una irresponsabilidad este hecho por parte del vendedor que demuestra que no le importa el bienestar de sus aves ni tampoco muestra curiosidad por las cualidades que mostrarán sus ejemplares tras la muda para seleccionar, concursar, aprender o disfrutar de la ornitología. Este tipo de personas no entiende ni vive la ornitología como afición sino como negocio, por lo que me niego a llamarlo o considerarlo "criador" por lo que anteriormente me he referido a él como vendedor. También demuestra una cierta irresponsabilidad por parte del comprador, aunque es posible que no conozca el perjuicio que le está causando a su ave por ahorrarse unos cuantos euros.


-Abuso de medicamentos.

El abuso de estos productos (antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, etc.) sólo sirve para inhibir la resistencia natural de nuestras aves a las enfermedades. Además, muchos de estos productos cambian el pH de la flora intestinal de las aves causando estrés fisiológico.


-Otros. 

La presencia de inquilinos indeseados como roedores. También el ruido o el tránsito de gente en nuestro aviario (es la peor época para recibir visitas). Son otros de los múltiples factores que pueden producir estrés en nuestros diamantes de gould.